Por Jesús Ruiz Mantilla / El País 


"Cuando Jakub Jozef Orlinski aparece en escena, vestido con sus trajes a medida y con la percha de un David de Miguel Ángel, se suele hacer un suspiro seguido de un aplauso. Cuando saluda al público de cada ciudad, generalmente en el idioma correspondiente, el gesto suele arrancar algún piropo. Y cuando acaba de cantar, llega la apoteosis. Seguramente ocurrirá mañana y el jueves en los Teatros del Canal de Madrid, donde se presenta junto a una leyenda ya consagrada, William Christie y su grupo Les Arts Florissants.

 

El polaco, de 30 años, es la estrella ascendente del barroco mundial. En las últimas tres temporadas ha ido construyendo un fenómeno que basa su fuerza, curiosamente, en una cadena de fracasos. Lejos de desanimarlo, le motivaron. Y William Christie, curiosamente, representa ambas caras en la carrera de Orlinski: el éxito y el rechazo. "No sé cuántas veces me presenté a su selección de cantantes jóvenes para Le Jardin des Voix", dice el contratenor en una conversación con este diario por videoconferencia. "Nunca me eligieron", añade".



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Image: Franciska Krug / El País

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