Por Marisa Santamaría / Porcelanosa
"Las construcciones modulares o industriales transportables son un hecho, suponen una revolución y evolucionan a gran velocidad. En un ejercicio de diseño y biomímesis, el parangón de casa unida a la persona y a su forma de trasladarse, nos lleva a igualarnos a la forma de vida de los moluscos, con hogar y vida unidas. Llevar tu casa a cuestas, como un caracol, es una corriente arquitectónica real que avanza con lentitud pero con seguridad.
Las nuevas tecnologías, formas de transporte y materiales de los diseños propician, por un lado, formatos, acabados y prestaciones, y por otro pueden ser 100% ecológicas introduciendo la designación "Passive House". Y no es -aunque lo parezca – una contradicción llamar "casas pasivas" a todas las que poseen recursos de la arquitectura bioclimática combinados con una eficiencia energética muy superior a la construcción tradicional. El término "passive" indica su afinidad y respeto a los valores medioambientales más vanguardistas.
El viaje de las casas a los diferentes ámbitos geográficos está arrancando. Fascinan cuando aparecen en los medios especializados, sobre todo por cómo se adaptan a los diferentes entornos naturales. No generan un impacto ni rompen la armonía natural. El virus Covid ha impulsado un movimiento, de la ciudad al campo, y sobre todo a la idea de la movilidad desde un bosque al mar, del mar a la montaña y de la montaña a las planicies. Caminos y recorridos posibles de vida, cambios de asentamiento y pensamiento nómada. "
Image: Drake by Land ARK RV. Cortesía de Land ARK RV – USA / Porcelanosa