Miradas con alma


"La historia de vida de Román comienza en Ferrol una tarde lluviosa de 1948. Él no se acuerda, pero cuentan que ese día, cuando nació, en casa todo fue jarana y alegría, ajenos a la mochila que traía consigo el pequeño: la semilla de una enfermedad pulmonar crónica, la EPOC, que le ha llevado a las urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria de Tenerife en múltiples ocasiones, además de requerir hasta seis hospitalizaciones en los últimos años. Pero esa mochila también guardaba los secretos para transformar el dolor en serenidad. Secretos que ha podido descubrir y comprender gracias a Ainhoa Sánchez, psicóloga del Programa para la atención integral a personas con enfermedades avanzadas de ”la Caixa”. Hoy mira al futuro con el convencimiento de que es una aventura con final feliz.


Los primeros rayos de sol comienzan a despuntar en la isla de Tenerife. Desde su habitación, Román contempla el horizonte encendido, con la serenidad de quien ya no teme a la “dama del alba”, un bonito eufemismo que él mismo ha creado para referirse a la muerte. Desde allí, observa también la ciudad desperezarse y, sin querer, sus pensamientos viajan hacia la consciencia de las personas que comienzan su día: “A todas ellas, sobre todo a las que sufren, les diría muy bajito al oído: «amigo, hermano, no tengas miedo»…”.


[...]

“Por fin capté el sentido profundo del misterio de la redención. No en el sentido cristiano, sino como un proceso de madurez espiritual y de aceptación serena de mi padecer, como consecuencia inevitable de unos hábitos nocivos que, al final, pasaron factura”.


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“Estoy convencido de que la aventura colectiva del ser humano en este valle de lágrimas es, a pesar de toda evidencia en contra, una aventura que acaba bien”.


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Image:  Cassiani / Miradas con alma

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