Un tipo de danza


A veces 

el semáforo en rojo, 

para quien camina 

a su antojo, 

sirve para descansar los pies, 

apreciar el entorno, 

ver algún modelo de coche nuevo, 

observar los diferentes movimientos y 

formas del cuerpo humano.


Al otro lado de la acera 

una persona jadeante 

se detiene, 

mira el flujo de autos y 

también aprieta el botón 

para el cruce de peatón.


A partir de este instante 

admiro un baile inocente 

de esta persona, su cuerpo y su mente.


Se mueve inquieta a un lado, 

a otro; 

toca su pecho, con la mano abierta, 

con la lateral de sus dedos; 

dobla la pierna, estira un pie, 

acomoda las gafas de sol y 

mira a la luz roja que se mantiene.


[¿Y yo? admirando]


Los segundos 

se habían vuelto 

en distintos actos 

de un espectáculo.


Aparece el dibujo verde, 

empezamos a cruzar; 

veo el último movimiento, 

su sonrisa tierna y mi reciprocidad.





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