No, no hablo del cuerpo.


Bienvenida seas 

presencia mía, 

no sé cómo llamarte, 

tal vez sentirte, 

y anonadado quedo 

al percibirte presente.


Qué poderosa es la aceptación, 

vienen y van experiencias; 

aprendo contigo 

como un niño feliz 

que trasciende su gatear 

para sus primeros pasos dar.





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