A ti


Vida, 

con un tierno cariño 

tomé consciencia de ti, 

en mí; 

primero me pregunté 

a dónde iba y 

de dónde venía, 

para luego percatarme 

de que eso 

no trascendía 

cuando aceptara 

tu presencia en mi día a día.


Al principio parecía 

que una identidad 

había que crear, 

que tuviera la grandeza 

que tú tienes; 

luego me percaté, 

otra vez, 

que lo enorme de la vida 

eres tú, vida.


Gracias vida, 

por todo dar y 

nada pedir; 

por ser infinita 

aun cuando el cuerpo deja de vivir; 

por ser sencilla y por tanto bella;  

por ser paz y silencio, 

tu lenguaje universal.




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