Bienvenida seas: felicidad.


Qué maravilla 

aceptar la felicidad.


Qué maravilla 

disfrutarla 

como un estado natural.


Sin buscarla.


Sin desearla.


Está 

y es fruto de la plenitud, 

del amor 

que vive dentro.


Qué maravilla observarla 

y reconocer 

que nada es necesario 

para sentirla.


No hay que hacer nada 

para vivirla.


No hay que poseer nada 

para tenerla.


Qué maravilla.




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