Por Lorena G. Maldonado / El Español
"Cuando Miguel Lago (Vigo, 1981) era niño, soñaba con ser uno de esos hombres tocados con la gracia de la anécdota que reúnen a su alrededor a los parroquianos en la sobremesa de la taberna gallega: arrancan a su antojo conmociones, fascinación, aplausos, carcajadas. Otro café, otro orujo. Mire usted: otra ronda de charla, haga el favor, que la noche es larga y la vida es corta. El cuentacuentos es, en sentido purísimo, el director de orquesta de las emociones del mundo. Es alguien que confía en tu inteligencia y que te recuerda que te mereces la alegría".