Jugaban ellas
Juega la madre con la hija;
le habla con ternura
mientras la pelota brinca,
arriba-abajo,
ante sus manos diminutas.
Juegan
el juego
que se juega por jugar,
sin ganar.
Se divierten y así aprenden
en nuevas formas
lo que sienten, lo que quieren,
conocer una de la otra
y de sí mismas
al comunicar.
A través del cariño
y de las risas
han fortalecido
su vínculo,
de amigas,
que de ellas depende
que perdure en el tiempo,
como un tesoro
que se abre
en cada [re]encuentro.