Tengo 59 años. Nací en Barcelona. Casado, tengo dos hijas: Ana, de 30 años, y Cristina, de 25. A ellas me gusta recordarles que si sueñas has de tener cuidado, porque tu sueño se puede convertir en realidad. Soy de izquierdas. Soy religioso, pero en un sentido amplio, no de una confesión concreta.
Jazz en la oscuridad
Ignasi Terraza encontró en el jazz la libertad que había buscado desde que empezó a tocar el piano familiar con doce años, cuando ya había perdido la vista. La gran componente de improvisación inherente a esta música casaba perfectamente con la curiosidad investigadora de ese niño que se internaba en el mundo de la oscuridad sin miedo. Pero, aunque el jazz sea improvisación, Ignasi destaca que también hay reglas: "No es una música sin ton ni son", resume sonriendo por el juego de palabras. Así explica el jazz como "un lenguaje con el que el músico expresa lo que siente en aquel momento". Quienes vayan a escucharle hoy en la sala Apolo, junto a Andrea Motis, Alfonso de Vilallonga y el Randy Greer Sextet, podrán entenderlo. Y lo disfrutarán tanto como los niños vulnerables del Congo a los que va destinada la recaudación del concierto".