Por Luz Sánchez-Mellado / El País

"Me cita a media tarde de un día de fiesta local en Madrid en una cafetería "tranquila" en plena plaza de Cascorro. Ilusa. La ciudad en pleno se ha tirado a la calle y es imposible coger mesa en ningún sitio. A la vista del desastre, Dolera ofrece su casa, la primera vez que asisto a tal prodigio por parte de un entrevistado en tiempos de coronavirus, no sin antes disculparse por el desorden. No es para tanto. Después de unos cuantos "Marie Kondos", en los que ha hecho limpieza material y vital, la estancia que le sirve de salón-cocina-estar, donde escribe sus guiones, luce bastante ordenada. Nada que ver con las vidas de las protagonistas de su serie, en la que tres mujeres en torno a los 40 recomponen sus existencias después de una crisis de órdago".




Imagen: Bernardo Pérez / El País
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