Por Silvia Nieto / Lifestyle / El Mundo
"Es como el cilantro. Porque con él no hay término medio. O te encanta o lo detestas. El incienso, en cualquiera de sus formas: barritas, conos, aceite esencial... produce un olor absolutamente reconocible y que 'arrastra', además, una potente marca cultural. El incienso huele a incienso pero también huele a Oriente, a ambiente hippy, a yoga y meditación... O no".
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