Por Marc Bassets / El País
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...hablan de sus hijos: de Juliano, cineasta, que tiene 47 años y vive en São Paulo, en Brasil, y de Rodrigo, de 41 años, quien vive con ellos en París y dedica sus días a pintar. Rodrigo nació con síndrome de Down y aquello transformó a la tribu de los Salgado-Wanick. Los ojos se les iluminan al hablar de él y al escucharles es difícil evitar un pensamiento: después de recorrer el mundo, de volver la mirada a otros paisajes y otros seres humanos —la épica planetaria—, este podría ser su próximo gran proyecto: la épica de la intimidad.
Sebastião: "Rodrigo influyó en nuestra vida, en mi manera de fotografiar, de relacionarme con las personas, la paciencia que desarrollé. Nos situó en otro nivel de la vida".
Lélia: "Es una persona maravillosa. Somos lo que somos por Rodrigo".
Sebastião: "Se parece mucho a los indígenas de los que le hablaba hace un momento. Es bueno, puro, sano. Es colosal".
Image: Ed Alcock / El País