Por Ima Sanchís / La contra / La Vanguardia
"Beatriz Montañez,
periodista, guionista de cine y televisión y escritora.
Tengo 43 años, pero hay una parte de mí que sigue teniendo 8 y otra que siente que tiene 60. Nací en Ciudad Real y vivo en el bosque, sola, desde hace 5 años, en un lugar que llamo Niadela. Mi política es la libertad, sin ataduras políticas, sociales o religiosas. Me fascina el budismo.
Ver la vida brotar
De familia humilde, se hizo a sí misma, pagó sus estudios. Se licenció en Medios de Comunicación en la Universidad de California, hizo másters en Stanford y en Harvard. Estudió guion y dirección de documentales. Le gusta saber, es una estudiante eterna. Pero todos la conocemos por presentar El intermedio , durante 5 años. Tras escribir el guion de Muchos hijos, un mono y un castillo , premio Goya entre otros, desapareció. Quería saber más, esta vez de sí misma, y se fue a vivir sola, en una guarida de pastores, en medio de la naturaleza, su hogar desde hace 5 años. Así nace el libro de una voraz lectora, Niadela (Errata Naturae). "Liberarme de la presión humana me permite ser consciente de la prolija vida no humana que me rodea. Mucho más satisfactoria y rica, menos reglada".
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¿Y qué necesita?
Soledad. Siempre he sido callada. Luego entras en la sociedad y hay acuerdos tácitos que te exigen ser cordial, relacionarte, y dejas de ser tú por miedo a no encontrar tu ubicación en el mundo. Yo me he dado cuenta que no merece la pena, que es mucho más sano estar a gusto contigo mismo. Yo vine aquí a reunir mis pedazos.
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Para mí estar con alguien sin hablar es confianza.
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Abandonó la tele y se calzó la mochila.
Me fui sola a recorrer Asia, atravesé China y acabé recluida en un monasterio budista en Tailandia durante 20 días, y por primera vez me sentí viva, lloraba de felicidad. Nunca antes había meditado. Fue duro, pero aprendí a contactar con todo lo orgánico que me rodeaba.
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Sigue viviendo en el silencio.
Charlo conmigo misma. Cuando conocemos a una persona queremos saber más de ella y le preguntamos, pero curiosamente no lo hacemos con nosotros mismos. Y a través de la observación me relaciono con otras especies, algo que me parece esencial. Y leo, bailo, escribo".
Image: La Vanguardia