Por Anna Tomàs / Magazine Lifestyle - La Vanguardia


"No me gusta hacer feliz de inmediato a la gente. Me gusta pelearme con los proyectos desde el primer esbozo y sorprender a clientes, galeristas y arquitectos. Me da miedo repetirme. Cada nueva creación tiene que conllevar un reto y mucha diversidad. Supongo que por eso mi hermano y yo estamos constantemente buscando nuevos campos creativos a explorar", explica Ronan Bouroullec para el Magazine Lifestyle.


Nacidos con cinco años de diferencia en la ciudad de Quimper, en la Bretaña francesa en la década de los setenta, Ronan y Erwan Bouroullec vieron pronto que en su pueblo natal tenían poco futuro profesional, todo eran granjeros, restauradores u oficinistas. "Nunca me gustó estudiar y ya desde bien pequeño me pasaba el día dibujando. Mis padres me inscribieron en la École des Beaux-Arts de Quimper, donde dibujaba, hacía cerámica, esculpía y modelaba. Luego me trasladé a París para estudiar en la École Nationale des Arts Décoratifs. Erwan fue también a la École des Beaux-Arts de Quimper y luego se convirtió en mi asistente antes de pasar a formar un tándem. Te hablo de hace ya más de 25 años", nos descubre Ronan Bouroullec.


Fue en 1999 cuando se asociaron para dedicarse conjuntamente al mundo del diseño, con una forma de trabajar precisa, delicada y con una estética fundamentada en la premisa perenne de sentirse libres para diseñar y crear, lo que ellos denominan "feel free to compose".


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Image:  Tahon & Mouroullec / Magazine Lifestyle / La Vanguardia

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