Por Iñako Díaz-Guerra / El Mundo


"La obra es una carta de amor al teatro en tiempos oscuros para él. ¿Tiene futuro?


Yo creo que, yendo a una expresión un poco coloquial, las adversidades muchas veces te hacen más fuerte. Sí, la pandemia ha generado una crisis económica evidente, pero estamos viviendo momentos artísticos de mucha emoción: los aplausos de la gente, todas esas personas que te dan las gracias por seguir empeñado en hacer teatro... El virus ha traído una emotividad extra y una conciencia colectiva de que estamos en momentos difíciles y la mejor manera de pasarlos es intentando mantener a flote el teatro entre todos. De todos modos, tampoco me planteo demasiado cómo va a afectar esto al teatro porque creo que lo que debe interesarnos es la repercusión humanitaria y social que debe tener.


¿En qué sentido?


Deberíamos aprender lecciones que cambiasen radicalmente nuestra manera de vivir, pero sé que es pedirle peras al olmo. Lo cierto es que no confío demasiado en que, cuando todo esto acabe, le demos a nuestra sociedad la vuelta que necesita para ser menos egoísta."


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Image:  Ángel Navarrete / El Mundo

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