Por Felip Vivanco / La Vanguardia
"El vacío siempre espera al artista. Callado e invisible. Paciente. El vacío que aspira a ser dibujado, recortado, hecho pedazos. El vacío que tiene tantas identidades como las manos que lo moldean. Está la materia, el lienzo, el color, la inspiración, la rabia y la armonía, el barro y el papel. Y el vacío, que nunca se ausenta, que es juez y parte. Testigo y culpable.
Una ambiciosa exposición en la galería Artur Ramon de Barcelona demuestra que se pueden hacer malabares encima del trapecio, que el vacío es algo precioso incluso cuando se delimita y que la idea de cerámica contemporánea, artística, artesana, de piezas únicas, no es exactamente lo que se suele tener en la cabeza. En L'art del buit (el arte del vacío), 18 creadores de cuatro generaciones distintas exponen 60 piezas que trepan por las paredes, florecen como flores árticas, se convierten en jardines, en pozos sin fondo, en objetos que no atienden a leyes ni a estilos ni a convenciones."
Image: 'Return to forever, el bosc subjacent', de Ruth Cepedano / Cortesía de la galería Artur Ramon / La Vanguardia