Abrir el corazón
puede ser como
cuando las nubes se abren en el cielo
y aparece el sol.
Se siente el calor del amor,
los rayos de luz en los pensamientos.
Como ser amparado
en un suave abrazo
que invita ahí quedar.
Abrirse a los sentimientos,
una decisión valiente,
sin temer lo que uno siente o,
lo que los demás piensen, digan o hagan.
Como las nubes oscuras
que por veces pasan
y parecen ocultar el sol.
Y cuando eso pasa,
el sol, pacientemente
acepta que pasen.
Mientras,
sigue compartiendo
su calor, su luz.
Sigue siendo lo que es.