Pues sí, hablar de sentimientos parece subjetivo, aun cuando con metáforas se dibujan.


Y sí, es subjetivo. 


Y ahí está la belleza, la creatividad.


Ese subjetivo que cada quien, con sus palabras, expresa lo más íntimo de sí.


Hasta poder sentir desnudarse a través de cada imagen que va compartiendo.


Un acto de profunda autoaceptación.


De conocerse. Sentirse.


Sorprenderse, incluso.


También de soltar, como una golondrina que se va.


Curioso que puede haber un momentáneo vacío que luego de paz, se llena.




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