Enseñar


Enseñar lo que siento, 

para iniciar el viaje hacia dentro; 

y permitirme sentir 

en cualquier momento.


Enseñar lo que tengo, 

para vivir la idea 

de que la plenitud se siente 

al compartir infinitamente.


Enseñar lo que creo, 

para las contradicciones conocer 

y vivir la libertad 

de una creencia [des]aprender.


Enseñar la felicidad, 

que ya está.


Enseñar la espiritualidad, 

con la paz, con el silencio, 

con una sonrisa, con el entendimiento.


Enseñar lo que soy, 

aunque sea una versión limitada 

por algún temor, 

el valor viene del interior.


Enseñar el perdón, 

a mí mismo, 

por los errores 

que decidí cometer 

y la idea del castigo desvanecer.


Enseñar la ternura, 

como forma elevada de comunicación 

desprovista de armadura.


Enseñar el poder de la mente, 

aunque al principio 

miedo se siente.


Enseñar a escuchar, 

a través del meditar.


Enseñar los deseos, 

para así cuestionarlos 

y validar si son propios o ajenos.


Enseñar lo que se quiera, 

como se entienda, 

cuando se sienta; 

enseñar para no ocultar, 

enseñar para aprender, 

enseñar para [re]conocer, 

enseñar para recordar, 

enseñar, como una forma 

de la vida festejar.




Artículo Anterior Artículo Siguiente