Vintage


La sonrisa inesperada

venía en bicicleta,

en una curva suave

a la derecha;

como estas 

que solo terminan

cuando nuestros deseos

hayan dicho "buenos días".


Era la mitad de la mañana;

la brisa caminaba al lado

como una fiel testigo

de los regalos de la vida.


Cuando nuestros ojos se vieran,

con tu rubio cabello contrastando,

te reconocí;

es inolvidable 

el parpadeo de tu corazón.






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