No amas hasta que hueles
Mc Gee atestigua que cuando menos lo espera le sorprenden los aromas de sus seres queridos en cualquier rincón del planeta o en algunos platos que le hacen sentirse de pronto rodeado de amor. Así nuestra memoria convierte el olfato en un itinerario, también amoroso si sabemos educarlo, como el afecto, desde niños. Nada más íntimo que olernos, que es también el modo más completo de poseer a quien amas y ser poseído; porque al aspirar su aroma lo conviertes en parte de ti. Después, la imagen del olor de la persona amada se integrará en nuestra memoria para siempre y aparecerá de improviso en un recodo del bosque, las magdalenas de la abuela o un mercado de la fruta en Ecuador. Creemos que tocarnos es conocernos, pero no amas de verdad hasta que no has aprendido a oler y recordar.
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¿Liquidamos la diversidad odorífera?
Sustituyéndola por espráis anodinos.
¿Qué nos perdemos?
Amor, porque la manera más íntima de poseer a alguien es olerlo. Su aroma de ese modo pasa a ser parte de ti mismo. Y podrás reconocerlo desde entonces en lugares, alimentos y, en fin, tus propios recuerdos".