Por Enrique Alpañés / Yorokobu

"Carla Morrison desapareció. Después de ganar tres Grammys Latinos y vender cientos de miles de discos, después de giras que se solapaban y la llevaban a cantar en escenarios de ciudades que jamás soñó con conocer.

Después de la locura, llegó el silencio. Desaparecer en una industria que premia la exposición constante en redes y medios puede ser peligroso. Pero Carla Morrison ni siquiera sabía si quería ser parte de esta industria. La intérprete de canciones como Déjenme llorarTe regalo o Un beso asegura que llegó a cogerle aversión a la guitarra, miedo a los escenarios. Tenía ansiedad, no era feliz".



Imagen: Yorokobu
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