Por Anna Tomàs / La Vanguardia

"Ceci n'est pas un voyage, c'est plus. Parafraseando al gran genio surrealista René Magritte y a su guiño semántico, Bruselas lleva años tratando de demostrar que es mucho más que el epicentro de la política europea. La arquitectura de Victor Horta y Paul Hankar, quienes, al igual que Antoni Gaudí, empleaban líneas orgánicas inspiradas en el mundo vegetal, vitrales pintados con trazos suntuosos, mosaicos y detalles en hierro forjado, dibuja el rostro de barrios que nada tienen que envidiar en elegancia a los de Londres y París. Es el caso de Sablon o de Ixelles, cuya Place du Châtelein es a Bruselas lo que Grosvenor Square al Mayfair londinense".





Imagen: 

La Grand Place, con el majestuosos edificio del ayuntamiento

 / Piet De Kersgieter / La Vanguardia
Artículo Anterior Artículo Siguiente