El propio Robarge describió en su perfil de Facebook cómo sucedieron los hechos: "Recientemente, un excasero me preguntó por mi dirección actual. Esta persona me alquiló un espacio en su casa, que fue el primer lugar al que llamé hogar cuando tuve que dejar mi casa tras divorciarme. Pagué una cantidad de dinero por mi alojamiento y disfruté realmente de mi tiempo allí y, como con cualquier alquiler, pensé que eso era todo".
"Ayer recibí esto por correo. Era una carta de esa persona, informándome de que habían vendido su casa y que me pagaba a mí y a cada inquilino que habían tenido por lo que contribuimos a las ganancias que obtuvieron al vender la casa", añadió en su publicación en la red social".
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