Por Mayra Paterson / Cuerpomente
"La voz del belga Serge Wilfart, grave y clara, transmite entereza y cierto inconformismo.
Está convencido de que la mayoría de personas no emplean su voz auténtica sino una forzada que les impide ser ellas mismas. Su formación como cantante lírico le puso sobre la pista de esa distorsión.
A los 17 años, decidió estudiar canto y teatro en el conservatorio de Bruselas y logró convertirse en un tenor reconocido. Sin embargo, no se sentía a gusto con su voz y no eran pocos los días en que se quedaba afónico. Sufrió una crisis personal y dejó la carrera artística por la enseñanza.
Experimentó en su propia carne la idea central de su método, que describe en su libro Encuentra tu propia voz (Ed. Urano): que cuestionar la voz lleva al desmoronamiento de la personalidad, pero que es la misma voz la que permite reconstruirse.
Hoy Wilfart enseña voz y canto en Francia y otros países europeos, además de formar a profesionales para que puedan impartir su método. En España lo hace en Barcelona, adonde acude una vez al mes.
Durante la entrevista me invita a experimentar: me pide que me presente, que lea y que cante un mantra en las notas que me marca con el piano.
Me corrige la mandíbula, la cabeza y me indica que suba un brazo. Primero canto de pie, hasta que pierdo el equilibrio, y después de rodillas, con el cuerpo echado hacia atrás.
Cuando desafino solo me pide que escuche bien. Mi voz suena cada vez peor, hasta que se quiebra.
Y ahí sale, me dice, mi auténtica voz. Una voz al principio áspera, que se va aclarando. Me gusta esa voz, más redonda y audible. Y me siento bien."
Image: Cuerpomente