Por Jacinto Antón / El País
"Cuando muera titularán 'muere la escritora transexual Jan Morris'". Lo auguraba ella misma, resignada, paseando por el jardín de su legendaria casa, Trefan Morys, un antiguo cottage reconvertido cerca del río Dwyfor, en Gales. Sostenía que ella era mucho más que su conundrum, su enigma, como denominó al anhelo que la hizo sentirse siempre mujer y decidir finalmente "completarse", como decía. Y es cierto que Jan Morris, nacida James Humphry Morris en Clevedon, Somerset, Inglaterra, en 1926 (aunque de padre galés y fervientemente galesa de corazón) y fallecida hoy a los 94 años, fue cantidad de cosas más: soldado (oficial del 9º regimiento de Lanceros de la Reina), periodista (miembro de la expedición de 1953 al Everest, dio en exclusiva la noticia de la conquista de la cima por Hillary y Tenzing; también cubrió el juicio a Eichmann), historiador (autor de la gran trilogía sobre el imperio Pax Britannica), novelista (Hav) y sobre todo una de las escritoras de mayor sensibilidad de nuestro tiempo.
Adscrita a la literatura de viajes, en el que está considerada una de sus voces más representativas, con libros tan sensacionales por su calidad, agudeza y lirismo como los que dedicó a Venecia (RBA, 2008, probablemente su obra más conocida), Hong Kong , Nueva York, Oxford o Trieste, sus títulos figuran sin discusión entre los grandes clásicos del género. En Un mundo escrito (RBA, 2007) recopiló algunos de sus mejores textos de viajes. Su último libro publicado es una especie de diario, In My Mind's Eye (Faber and Faber, 2018) y quizá el mejor para acercarse a ella Pleasures of a Tangled lLife (Barrie & Jenkins, 1989)."
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